OFF Magazine/Opinión y reflexiones

¿Por qué sigues, Pedro?

[Publicado en OFF Magazine el 29 de septiembre de 2016]

Es la una de la madrugada y acabo de salir de trabajar. Me esperan en la puerta. Pregunto por el Atleti y la respuesta es positiva. Necesitaba saberlo con urgencia. La universidad y el trabajo me han tenido desconectado todo el día. Tan desconectado que ignoraba por completo cualquier hecho noticioso. Aislado del resto del mundo, el almacén de mi tienda pareció ser el único lugar de España al cual no llegó la onda expansiva de la explosión de Ferraz.

Cero. No tenía ni la más mínima idea sobre que estaba ocurriendo dentro del PSOE. No había escuchado nada. No me gusta nada llegar tarde a las noticias y menos si son de este calibre. Nada más entrar en casa abrí el ordenador y recurrí a la fuente más fiable en noches de tensión política. Más allá de ideologías y etiquetas inútiles, he de reconocer que la cobertura política de La Sexta roza la matrícula y en momentos como el de ayer, me han llegado a salvar de la desinformación.

Leyendo, viendo y repasando declaraciones, intenté un pequeño esquema mental que estableciese una diferencia entre bandos enfrentados, bandos protagonistas de una guerra civil fratricida y egoísta que, más allá de dañar al rival, puede terminar dañando al partido en sí.

De todas todísimas las palabras que escuché, me marcaron especialmente las de Jose Luís Corcuera. Corcuera, ex-ministro de interior socialista durante el gobierno de Felipe Gonzalez, no dudó en cargar contra Pedro Sánchez y su desgobierno e incidió en un aspecto que se me quedó especialmente grabado.

En más de una ocasión he escrito aquí sobre la falta de ética política en España y el ex-ministro -voz más que autorizada para el socialismo- pareció compartir mi visión. Parece casi imposible imaginar a un político español renunciando de su puesto. Ya sea Rita Barberá o Pedro Sánchez, la clase política nacional parece encadenada a su cargo. Poco más y ni siquiera tras las elecciones conseguimos desprenderles de él. Como si fuese parte de ellos, se aferran al sillón como a la vida misma. El puesto es suyo igual que el anillo era de Gollum.

Corcuera habló de nueve meses de paciencia infinita con Sánchez y yo lo secundo. Tras el 20D y el 26J, la incompetencia del líder socialista es un hecho. Tras batir dos veces el peor resultado socialista de la historia en unas elecciones nacionales, creo que ya basta. Tras ver como su partido es re-rehumillado en Galicia y Euskadi, creo que basta todavía más. Cuando ni siquiera tu Comisión Ejecutiva confía en tí, ¿qué te invita a seguir en el cargo?

Aunque sea lo que piense, no voy a decir que Sánchez debió dimitir tras el 20D. Eso es pasado y no pasó. Tampoco voy a hacer lo mismo pensando en el 26J. Ni siquiera pensando en las elecciones autonómicas o en las renuncias de su Ejecutiva. Centremonos en hoy y no en ayer. Ayer no renunció. Hoy, aunque parezca que tampoco, es posible que si.

Su no renuncia muestra la moral política de Sánchez. El vacío de su propuesta -centrada en la negación y oposición a la derecha- y su sonrisa como único arma política ya no sirven.

No te engañes, Pedro. Tu rechazo a la dimisión es tan triste como el de Barberá. Da el paso, de verdad. Es mejor irte tú a que te echen. Una retirada a tiempo es una victoria y, aunque tu tiempo pasó el 21 de diciembre, te damos una prórroga. No hay escapatoria. Cierra los ojos y da el salto.

Se lo diré de la forma más sutil posible. Se lo diré como habría hecho Emma Peneya:

“¡Vayasé, señor Sánchez! ¡Váyase!”.

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